El cambio de etapa nos empuja a buscar y encontrar nuevas formas creativas de fluir a través de un mar de olas y experiencias y, así, seguir desarrollándonos sabiendo que nuestro anclaje, el resultado de lo aprendido hasta ahora, es firme.
03/23
MARTXOA


La estación y el agua
En invierno la frontera entre la tierra y el agua se desdibuja. La bruma y la lluvia constantes, y la humedad que llega con ellas, convierten a este elemento en el rey de la estación.
El ciclo a través de las cuatro estaciones que hemos compartido y vivido juntas, llega a su fin para dar paso a uno nuevo. Y, cuando el final está cerca y observamos todo lo que ha formado parte del viaje, hay una pregunta que siempre aparece: ¿queremos seguir con todo o hay algo que queramos dejar ir?
Muchos de los rituales de cambio de etapa se valen del agua como símbolo de transición para limpiar, purificar, soltar todo aquello que ya no nos es útil y pararse a observar todo lo aprendido. Al igual que una ducha de agua caliente o un baño en el agua helada del Cantábrico nos sirven, muchas veces, para soltar y aclarar nuestras ideas.
El agua nos brinda también su capacidad de adaptación. Cada cambio trae consigo un nuevo comienzo y, aunque pueda parecer aterrador dejar atrás los viejos patrones aprendidos, llegamos a este punto del viaje con la madurez y la certeza de conocer mucho má